Piedrahita (Ávila)
- Sandra Sastre Oliva
- 15 may 2020
- 4 Min. de lectura
A tan solo dos horitas de Madrid, encontramos este bonito pueblo de Ávila, Piedrahita, ésta localidad se encuentra emplazada en el Valle del Corneja, en la vertiente norte de la Sierra de Villafranca, al que nos escapamos un fin de semana, un viajecito corto para celebrar San Valentín. Si os apetece desconectar cerca de la montaña y con edificios históricos, este pueblo es un buen candidato!!
Es un pueblo con mucha historia, os animamos a que la busquéis!!
Nosotros nos alojamos en una preciosa cabaña que encontramos por AirBnb.
Os dejamos el enlace aquí

Por dentro es todo diáfano excepto el baño, tiene dos alturas y un súper ventanal al lado de la cama, y lo mejor de todo...... tiene una estufa de leña, que por nuestra parte, eso suma muchos puntos!! La dueña vive justo al lado, y es encantadora.
Por recomendación de la dueña de nuestra cabaña, nos fuimos a tomar algo a la Plaza de España (Plaza mayor de la villa), la verdad que al ser febrero hacía bastante fío, pero no nos íbamos a quedar todo el fin de semana en la cabaña pegados a la chimenea ;)
Es una plaza con una forma un tanto peculiar, pero con unos bonitos soportales que la rodean, bajo los que encontramos unos cuantos bares donde tomar un buen vino con unas tapitas, en la plaza también encontraremos el ayuntamiento, en el que como curiosidad, dentro del Archivo Municipal se encuentra la partida de nacimiento del Duque de Alba, y también en esta plaza encontraremos la Parroquia de Santa María la Mayor.
El lugar del pueblo que más nos llamó la atención fue el Palacio de los Duques de Alba, la verdad que no te esperas que un pueblo pequeño como éste pueda tener un edificio tan impresionante.

Al palacio no podemos entrar, ya que actualmente el palacio es un colegio público, pero podemos visitar sus jardines, son preciosos! Nosotros dimos un buen paseo por ellos rodeando el edificio y contemplando la bonita imagen del palacio con la sierra detrás, o viéndolo reflejado en la gran fuente del jardín.
Otro sitio que nos llamó mucho la atención fueron las ruinas del Convento de Santo Domingo, del siglo XIV. Apenas queda nada de el, pero es curioso de ver, y aunque suene un poco tétrico, también llama mucho la atención que se ha convertido en un cementerio un tanto peculiar, con nichos entre los muros de lo que era en convento. Nosotros no pudimos entrar ya que había un candado en la puerta que accede al recinto del cementerio, pero hemos visto fotos del interior y la verdad que es espectacular.
Si queréis conocer algo más sobre este sitio, podéis hacerlo aquí.

Lo que si pudimos ver, entre la maleza fue "otro cementerio". en un hueco el lateral encontramos un par de coches abandonados que poco a poco la naturaleza los estaba devorando.

Del pueblo poco más vimos, pero cogimos el coche y nos fuimos a perdernos por las carreteras, lo que la nieve nos dejaba claro. Nuestra intención era ir al Parador de Gredos, vimos una carreterita estrecha que subía la montaña, según el GPS, por esta carretera podíamos llegar a nuestro destino, se trataba de la carretera que subía a puerto de "Peñanegra"... la carretera pintaba bien, aunque con algo de nieve, pero poco a poco la cosa se fue complicando, cada vez nevaba más y claro, sin cadenas en el coche era bastante complicado. Decidimos dar la vuelta, y nunca más a tiempo, ya que la máquina quitanieves bajaba por la carretera a toda velocidad.

Finalmente llegamos al Parador, aunque por otra carretera mucho más transitable, y con el frío que hacía, nos sentó de lujo el café calentito que nos tomamos en su salón con chimenea y vistas a la montaña. Siempre que estamos cerca de este lugar, nos gusta pararnos en él, no es que pegue mucho con gente joven, pero tiene algo especial.

Para volver de nuevo a Piedrahita, decidimos no hacer mucho caso al navegador y seguir las indicaciones de la carretera, comenzamos a subir un puerto, ésta vez sin nieve... por el momento. Cuando alcanzamos cierta altura la cosa comenzó a complicarse, pero como las señales indicaban que quedaban pocos kilómetros para llegar al pueblo, decidimos continuar. Nieve... más nieve... y de repente...Hielo!! el coche patinaba bastaste, y aunque mi chico estaba un poco asustado, yo me lo pasé pipa! He de reconocer que no fue muy prudente por mi parte conducir en esas circunstancias, pero con mucho cuidado y sin perder el control del coche, algo que aprendí conduciendo por pistas de barro desde hace mucho, conseguimos llegar a la cima del puerto y bajar por el otro lado ya mucho más transitable. Y cual fue nuestra sorpresa al ver que era el puerto que habíamos intentado subir desde el otro lado al principio.

Y después de esto, nada mejor que un Colacao calentito frente a la chimenea antes de regresar a Madrid.
Ya sabéis, si os apetece una escapadita cercana a Madrid a un lugar con historia y rodeado de montaña... Piedrahita es un buen candidato, eso sí, si vais en invierno sed previsores y llevar las cadenas por lo que pueda pasar!!
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